Walter Benjamin como pensador de la catástrofe histórica y el progreso como catástrofe

Francisco Vega, Instituto Interdisciplinario de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC-Chile), Santiago, Chile.

Logo de la revista Trans/Form/AçãoComo muchos de sus coetáneos, Walter Benjamin quedó profundamente marcado por los conflictos socio-políticos que le tocó vivir en sus años de formación, particularmente la primera guerra mundial. Este impacto se plasmará no sólo en el profundo cuestionamiento que realizará en su obra temprana del neokantiano (específicamente su oclusión respecto de la historia), sino también, y más específicamente, en la centralidad que adquirirá el concepto de catástrofe en toda su filosofía. En el artículo Escombros sobre escombros: catástrofe histórica y desaparición política en la filosofía de W. Benjamin (Trans/Form/Ação, vol. 48, no. 4, 2025), se analiza precisamente el concepto de catástrofe y los alcances decisivos que tiene respecto a la comprensión de la desaparición política y las prácticas totalitarias.

Si bien ha sido ampliamente estudiada la importancia que tiene tal concepto en su escrito Sobre el concepto de historia (2010), no ha sido del todo profundizado el rol crucial que juega también en su obra temprana, específicamente en su tesis de habilitación de 1925. Un balance exhaustivo del concepto de catástrofe en esta tesis no sólo es relevante para evidenciar la coherencia de su filosofía, sino más profundamente para delimitar con precisión el fundamento específicamente epistemo-crítico que lo sostiene.

En primer término, siguiendo los sugerentes análisis de G. Agamben (2004), se puede determinar que Benjamin analiza la representación del príncipe en los Trauerspiele para oponerse al decisionismo teocrático de C. Schmitt; específicamente, esto se despliega mediante el señalamiento de que su atributo medular es la incapacidad de decidir, factor que termina destituyendo toda certeza normativa.

En segundo lugar, Benjamin se detiene en las teorías de la melancolía para mostrar que ese temple anímico, que también caracteriza al príncipe, supone un profundo estado de alerta que contiene un potencial crítico-cognoscitivo fundamental. La mirada del melancólico observa el mundo como un desmoronamiento radical, una perspectiva en vértigo que supone, como ha planteado Didi-Huberman (2011), una mirada microscópica atenta a las supervivencias del pasado y a las genealogías anómalas.

 

 

Benjamin no se interesará en la catástrofe meramente como un tema entre otros, sino como un factor que debe asumirse tan radicalmente como para conmocionar los lugares de enunciación desde los cuales se juzgan los acontecimientos históricos.

Es importante destacar que buena parte del análisis crítico respecto del ensayo testamento de 1940 ha reparado en la particular factura que posee, formada por breves tesis que rehúyen de una pretensión sistemática. De igual forma, son múltiples los analistas que han mostrado la centralidad que tienen, entre otras ideas, el cuestionamiento de las políticas progresistas, el rechazo del positivismo marxista o, asimismo, la desconfianza ante la creencia ciega en el trabajo fabril.

Sin embargo, si se tiene en consideración el fundamento epistemo-critico referido anteriormente, es posible delimitar de mejor modo su meollo reflexivo, y, desde ahí, repensar de mejor modo lo que está contenido en sus premisas más difundidas, a saber: la tarea de “cepillar la historia a contrapelo”, el concepto de “dialéctica en suspenso” y, de igual modo, la idea que sostiene que “todo documento de cultura lo es también de barbarie”.

Asumir la catástrofe radicalmente supone cuestionar los lugares de enunciación tradicionales. Esta premisa supone, en primer término, entender la dialéctica en suspenso como una tarea de puesta en vilo de las categorías tradicionales. No se trata de una dialéctica débil o irresuelta, sino de un ejercicio activo que busca repensar las coordenadas con las cuales se juzga el patrimonio, ejercicio que el mismo Benjamin pone en práctica (en el ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica (2013)) al discutir la inutilidad de la pregunta que interroga por el estatuto artístico del cine.

Por otro lado, significa comprender la tarea de cepillar la historia a contrapelo no como una tarea de visibilización de lo silenciado, sino más profundamente como una tarea de cuestionamiento de los marcos de comprensión que impiden reconocer un legado. Finalmente, la comprensión epistemo-crítica del concepto de catástrofe supone asumir que todo documento de cultura lo es de barbarie, frase que no debe interpretarse en términos de grado, sino más bien reconociendo que todo legado, sea cual sea, se hereda a la posteridad dejando al margen otros legados, haciendo parte de un archivo, con una lógica de archivo, que necesariamente deja en las sombras otros vestigios históricos.

Lo planteado de tal manera permite entender la filosofía de Benjamin como una específica reflexión sobre el totalitarismo y, correlativamente, de la desaparición política. En efecto, a diferencia de lo planteado por Arendt (2019) o Lefort (2011), Benjamin entenderá específicamente las practicas totalitarias como aquellas que están empecinadas en la borradura de la inscripción histórica, en el intento de consumar la desaparición de ciertos acontecimientos de forma total, sin resto. Al pensar de tal modo el concepto de catástrofe, Benjamin, él mismo un desaparecido político, según Brossat (2014), nos permite reconocer la interpelación radical que contiene todo trabajo de rememoración histórica.

Para leer el artículo, acceda a

VEGA, F. Escombros sobre escombros: catástrofe histórica y desaparición política en la filosofía de W. Benjamin. Trans/Form/Ação [online]. 2025, vol 48, no. 4, e025137 [viewed 19 November 2025]. https://doi.org/10.1590/0101-3173.2025.v48.n4.e025137. Available from: https://www.scielo.br/j/trans/a/yX6BqPmkTSM9L859s6fMVrr/

Referencia

AGAMBEN, G. Estado de excepción. Homo Sacer, II, I. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2004.

ARENDT, H. Los orígenes del totalitarismo. Madrid: Alianza, 2019

BENJAMIN, W. Über den Begriff der Geschichte. Werke und Nachlaß, Band 19, Kritische Gesamtausgabe. Berlín: Suhrkamp, 2010.

BENJAMIN, W. Das Kunstwerk im Zeitalter seiner technischen Reproduzierbarkeit. Werke und Nachlaß, Band 16, Kritische Gesamtausgabe. Berlín: Suhrkamp, 2013.

BROSSAT, A. La Resistencia Infinita seguido de ¿Quién Mató a Walter Benjamin? Valencia: Tirant, 2014

DIDI-HUBERMAN, G. Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2011.

LEFORT, C. El concepto de totalitarismo. Democracia y representación. Buenos Aires: Prometeo, 2011. p. 167-190.

Enlaces externos

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Sobre el autor

Francisco Vega es Doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid (con una tesis sobre el pensamiento estético de W. Benjamin). Es Profesor Asistente en el Instituto Interdisciplinario de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC-Chile).

 

Como citar este post [ISO 690/2010]:

VEGA, F. Walter Benjamin como pensador de la catástrofe histórica y el progreso como catástrofe [online]. SciELO en Perspectiva: Humanidades, 2025 [viewed ]. Available from: https://humanas.blog.scielo.org/es/2025/11/19/walter-benjamin-como-pensador-de-la-catastrofe-historica-y-el-progreso-como-catastrofe/

 

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